Dada la diversidad de patologías en las que se utiliza la Ozonoterapia, la vía de aplicación dependerá del sistema que estemos tratando.
Vía hemática o endovenosa:
Autohemoterapia mayor: Con total asepsia se extraen, en un sistema cerrado estéril, y se tratan con ozono médico, unos 50 – 200 ml. de la sangre del paciente, que se retransfunde inmediatamente, en forma de infusión gota a gota. Usualmente dura de 10 a 15 minutos.
Autohemoterapia menor: Se extraen 10 ml de la sangre del paciente, se mezclan con 10 ml. de ozono y se inyectan por vía intramuscular.
Aplicación local invasiva: Aplicación por inyectado subcutáneo, intraarticular o intramuscular: El procedimiento consiste en inyectar a modo de infiltración pequeñas concentraciones de la mezcla ozono/oxígeno a una concentración superior a 20 mg de ozono/ l de oxígeno directamente en la zona a tratar, durante 10 sesiones. Este método se utiliza principalmente en patología osteoarticular (hernia discal).
Inyección intradérmica: Se toma el ozono en una jeringa (hasta de 50 ml.) y se inyecta intradérmicamente con una aguja de mesoterapia, distribuyéndolo en la zona deseada, en porciones de 1 a 2 ml. por punto.
Inyección intramuscular: Se toma el ozono en una jeringa (20 ml.) y se inyecta muy lentamente en el músculo, con aguja intramuscular de 3 – 4 cm. Puede hacerse, inclusive, en los músculos paravertebrales.
Inyección intra-articular: Se toma el ozono en una jeringa (10 – 20 ml.)y se inyecta muy lentamente en la cápsula articular, con aguja de 4 cm.
Inyección peri-articular: Se toma el ozono en una jeringa (10 – 20 ml.) y se inyecta intradérmicamente con una aguja de mesoterapia, distribuyéndolo en la zona periarticular.
Inyección intradiscal: Debe realizarse en quirófano y con amplificador de brillantez. Se emplea una aguja especial que permite penetrar el disco desde un abordaje percutáneo, y se inyecta parte del ozono (30 – 40 ml.), después de lo cual se retira hasta nivel del forámen, donde se inyecta el resto del ozono (10 – 20 ml.).
Vía rectal: Aplicación rectal local: Mediante la introducción de una sonda fina a través del ano. Se insufla el ozono médico por vía rectal con una sonda adecuada (hasta 200-300 ml en 20 minutos), en 5 ó 10 sesiones consecutivas, en función del tratamiento a realizar y del protocolo individualizado para cada paciente. El ozono actúa directamente sobre las células de la mucosa colorectal en casos de enfermedades de origen intestinal.
Aplicación rectal sistémica: Siguiendo el procedimiento anterior, la insuflación de ozono/oxígeno se realiza sobre los plexos hemorroidales que desembocan en el sistema porta y de aquí, alcanza a distribuirse a otros órganos como el hígado, páncreas, o vesícula biliar. Esta técnica se aplicará entre otras, en casos de: recuento viral de seropositivos, tumores, cáncer, y casos de hepatitis C aguda o crónica.
Insuflación vaginal: Se insufla el ozono médico por vía vaginal con una sonda adecuada (30 – 50 ml.).
En dependencia de la patología de base y el estado particular del paciente, pueden emplearse una o más técnicas de aplicación combinadas. El número y frecuencia de aplicación depende de la evolución del paciente, la técnica aplicada, etc. En general se necesitan entre 5 y 15 sesiones, a excepción de la intradiscal que se aplica una sola vez, y sólo muy excepcionalmente es posible que se requiera una repetición
Aceite ozonizado: Consiste, como su nombre indica, en una mezcla de aceite y ozono. Se aplica de forma tópica como bálsamo o ungüento en enfermedades de la piel, tales como hongos, fístulas, úlceras de las piernas, acné, etc.
Vía local:
Aplicación por bolsa: Mediante la aplicación de una campana de vidrio o una bolsa de plástico que rodeará la zona a tratar. Se insufla en el interior de la bolsa una ráfaga constante de la mezcla de ozono/oxígeno en una concentración de 40 ó 42 mg de ozono/l de oxígeno en periodos cortos de 10 a 15 minutos, tres veces por semana dependiendo del tratamiento.
El ozono actuará como un agente germicida local, creando un medio aerobio para virus y bacterias que son incapaces de sobrevivir en atmósferas con una elevada concentración de oxígeno. Este método es utilizado principalmente en patología vascular (gangrena instaurada, ulceraciones, cicatrización y desinfección de heridas, infecciones polimicrobianas de pacientes diabéticos, etc.).


